Reescribir la historia de tu marca: storytelling estratégico para tiempos difíciles
- Trípode Studio
- 5 days ago
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Hay momentos en los que una empresa o marca se despierta en medio de un terremoto silencioso.
De la noche a la mañana, todo cambia: el mercado, los clientes, las certezas, el flujo de efectivo, las proyecciones. Los planes se caen, los números dejan de cuadrar y la historia que contabas sobre quién eras ya no encaja con lo que estás viviendo.
En esos momentos, la creatividad y el storytelling dejan de ser herramientas de marketing y se convierten en brújulas. Son las que te permiten navegar la incertidumbre, redescubrir tu propósito y volver a conectar con quienes te escuchan. Pero ¿cómo se reescribe una historia sin perder la esencia?
Cuando la narrativa cambia
Toda marca vive ciclos. Crece, madura, se transforma. Pero cuando el contexto cambia demasiado rápido, su relato puede quedarse atrás.
Eso fue lo que sucedió con miles de empresas en los últimos años. El cierre de USAID afectó no solo a miles de personas que trabajaban día a día para llevar ayuda a diferentes rincones del mundo, sino también a cientos de organizaciones y proveedores. Fue un golpe que se sintió profundamente en los socios implementadores que llevaban desarrollo y cooperación a millones de personas, y también en las industrias creativas que los acompañaban. Productoras, agencias y estudios que habían sostenido proyectos estratégicos vieron cómo sus contratos desaparecían en cuestión de días.
Cuando el entorno político o económico se mueve, las narrativas se ven afectadas: lo que antes era sinónimo de estabilidad se vuelve vulnerabilidad. A veces es un cambio de gobierno. A veces, una crisis de reputación. Otras veces, es una promesa de marca que ya no se sostiene frente a la realidad del producto o del servicio. Y entonces surge la gran pregunta:
¿Qué pasa cuando los cambios te obligan a replantearte el relato de “quiénes somos”?
Del relato corporativo al relato humano
La respuesta empieza por dejar atrás la comunicación informativa y abrazar una comunicación significativa. Informar es decir lo que haces. Significar es contar por qué lo hacés.
Ahí entra el storytelling estratégico, una herramienta que va más allá de las campañas publicitarias. Como lo define HubSpot, es el arte de usar narrativas estructuradas para conectar emocional y racionalmente con una audiencia. Su propósito no es adornar la información, sino transformarla en experiencia.
A diferencia del relato corporativo —lleno de logros, cifras y tecnicismos—, el storytelling estratégico busca la humanidad. Combina emoción y lógica, empatía y propósito. Según estudios de Higo Creative, una historia bien contada puede aumentar la recordación del mensaje hasta 22 veces y mejorar la conversión en un 30 %.
Aquí algunos ejemplos de nuestra realidad salvadoreña:
Super Selectos: Cuando la entrada de Walmart amenazó con desplazar a la cadena local, Super Selectos reescribió su narrativa: de competir en precios a defender su identidad como marca 100% salvadoreña. Apostó por un storytelling basado en cercanía, orgullo nacional y conexión con la diáspora, incluso creando una tienda en línea para salvadoreños en el exterior. Esa narrativa de pertenencia le permitió mantener el liderazgo frente a la multinacional y reforzar su reputación como símbolo de confianza local.
Míster Donut: Frente a una crisis financiera y la pérdida del público joven, Míster Donut apostó por el humor y la creatividad con la campaña “¡Dona Presidente!” durante las elecciones de 2014. Transformó sus productos en candidatos ficticios y convirtió la coyuntura política en una parodia nacional que inundó redes y medios. La campaña revitalizó la marca, reactivó las ventas y reconectó emocionalmente con una nueva generación de consumidores.
Termoencogibles: Ante la presión ambiental y regulatoria contra los plásticos, Termoencogibles cambió su historia: pasó de ser vista como una fábrica de empaques a presentarse como pionera en sostenibilidad. Adoptó el modelo de economía circular, inauguró la planta de reciclaje más grande de Centroamérica y lanzó productos biodegradables. Con este giro, no solo preservó su posición líder en la industria, sino que fortaleció su reputación como empresa salvadoreña innovadora y ambientalmente responsable.
Estas marcas entendieron algo esencial: una crisis puede ser el mejor momento para usar la creatividad y el storytelling para “darle la vuelta a la tortilla”. Y esa es también la historia de Trípode Studio.
Trípode Studio: transformarse en medio de la tormenta
Acto I: Antes del cambio: Trípode nació en 2005 como una productora audiovisual apasionada por contar historias. Durante más de quince años, crecimos trabajando la producción audiovisual en diferentes formatos, desde videoclips, documentales y películas propias, hasta videos para marcas comerciales y organismos internacionales. Pero con el tiempo sentimos algo que muchas empresas sienten cuando alcanzan su madurez: la estructura ya no correspondía a la visión. Queríamos ser más que una productora; necesitábamos evolucionar hacia un estudio creativo integral, capaz de conectar estrategia, arte y propósito.
Acto II: El punto de quiebre: La crisis llegó sin aviso en 2025. El cierre de proyectos y contratos redujo nuestras operaciones, pues el 90% de nuestros contratos de la noche a la mañana fueron cancelados. Nos vimos en la necesidad de dejar ir a la mitad de nuestro equipo, gente que consideramos hasta la fecha de hoy, familia. De repente, nos vimos envueltos en una situación de vulnerabilidad. Pero también nos dimos cuenta de algo: no podíamos controlar la crisis, pero sí la narrativa.
Acto III: Reescribir la historia: Reestructuramos todo: nuestra identidad, nuestras líneas de negocio, nuestros valores y arquetipos. Decidimos dejar de hablar de “producción audiovisual” para hablar de storytelling estratégico, de comunicación que transforma. Revisamos nuestro propósito y lo convertimos en brújula: “Conectar a las audiencias con historias y experiencias auténticas que inspiran acción.” Ese proceso no fue fácil, pero fue enriquecedor. Nos enseñó que reescribir no es empezar de cero, sino recordar por qué empezamos.
Cinco pasos para reescribir la historia de tu marca
Cada marca que sobrevive a una crisis tiene dos opciones: resistir o reinventarse. Si elegís la segunda, este es el método que aprendimos en Trípode:
1. Reconocé el conflicto. Lo que no se nombra, no se transforma. Admití la pérdida, el error o la cruda realidad. Ningún cambio comienza en la negación.
2. Redescubrí tu propósito. Pregúntate: ¿por qué existimos más allá de vender? El propósito es el corazón de toda narrativa.
3. Escuchá a tu audiencia. Tu historia solo tiene sentido si resuena en los demás. Escuchá cómo te perciben, qué esperan, qué les duele. La empatía es la materia prima del storytelling.
4. Diseñá una narrativa coherente. Alineá lo que decís, lo que hacés y lo que mostrás. Una marca incoherente genera ruido; una coherente, confianza.
5. Convertí la historia en estrategia. Llevá el relato a todos los puntos de contacto: web, redes, videos, eventos, equipo interno. No es una campaña, es una forma de ser.
Lo que una historia puede hacer
El storytelling estratégico no es un lujo de marketing: es una herramienta que se utiliza todos los días en todos los rincones del mundo. Permite que una marca siga viva incluso cuando todo parece desmoronarse, porque conecta con lo más resistente que tenemos: la empatía con las historias en las que nos vemos reflejados.
Trípode sigue vivo y trabajando con mucha fuerza e ímpetu, porque entendimos que las marcas no solo son servicio, sino que son sus valores y la perseverancia. Y cuando una marca se atreve a reescribir su historia, no borra su pasado: le da un nuevo sentido.
¿Tu marca está lista para reescribir la suya?
En Trípode Studio te ayudamos a descubrir la historia que tu marca necesita contar para reconectar, inspirar y trascender. Contactanos y escribamos juntos el próximo capítulo.
